Accesibilidad universal

La accesibilidad universal es uno de los pilares fundamentales para una sociedad inclusiva, donde cada individuo, independientemente de sus capacidades, puede participar plenamente en la vida diaria. Se basa en principios de diseño y organización que tienen como objetivo eliminar las barreras, tanto físicas como digitales y comunicativas, para garantizar a todas las personas iguales oportunidades de acceso a espacios, servicios e información.

Es un principio que no solo concierne a las personas con discapacidad, sino que busca brindar a todos la posibilidad, en cualquier momento de su vida y sin importar sus características, de vivir y disfrutar de un lugar, un producto o un servicio. Significa diseñar entornos, productos y servicios que puedan ser utilizados por el mayor número posible de personas, sin necesidad de adaptaciones posteriores.

Accesibilidad universal según la ley

Veamos, a este respecto, algunas definiciones relevantes indicadas en la Ley General de los derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social (LGD). 

La accesibilidad universal es “la condición que deben cumplir los entornos, procesos, bienes, productos y servicios, así como los objetos, instrumentos, herramientas y dispositivos para ser comprensibles, utilizables y practicables por todas las personas en condiciones de seguridad y comodidad y de la forma más autónoma y natural posible. En la accesibilidad universal está incluida la accesibilidad cognitiva para permitir la fácil comprensión, la comunicación e interacción a todas las personas. (…) Presupone la estrategia de «diseño universal o diseño para todas las personas», y se entiende sin perjuicio de los ajustes razonables que deban adoptarse”.

Otros dos conceptos fundamentales relacionados con la accesibilidad universal son el diseño universal (o diseño para todas las personas) y los ajustes razonables.

Diseño universal o diseño para todas las personas y ajustes razonables

Según la LGD, el diseño universal o diseño para todas las personas “es la actividad por la que se conciben o proyectan desde el origen, y siempre que ello sea posible, entornos, procesos, bienes, productos, servicios, objetos, instrumentos, programas, dispositivos o herramientas, de tal forma que puedan ser utilizados por todas las personas, en la mayor extensión posible, sin necesidad de adaptación ni diseño especializado. El «diseño universal o diseño para todas las personas» no excluirá los productos de apoyo para grupos particulares de personas con discapacidad, cuando lo necesiten”.

¿Y cuándo las estructuras no son de nueva construcción? Aplicar los criterios de accesibilidad universal resultaría muy costoso y de difícil aplicación. En estos casos, se pueden prever ajustes razonables:

“Son las modificaciones y adaptaciones necesarias y adecuadas del ambiente físico, social y actitudinal a las necesidades específicas de las personas con discapacidad que no impongan una carga desproporcionada o indebida, cuando se requieran en un caso particular de manera eficaz y práctica, para facilitar la accesibilidad y la participación y para garantizar a las personas con discapacidad el goce o ejercicio, en igualdad de condiciones con las demás, de todos los derechos.” (Ley General de los derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social, LGD).

Un concepto que ha evolucionado con el tiempo

El concepto de accesibilidad ha evolucionado con el tiempo. En el pasado, el término se refería únicamente a la adecuación de los entornos físicos, es decir, a la eliminación de las barreras arquitectónicas que impedían el acceso a determinados lugares. Con el tiempo, se ha pasado a una visión más amplia que incluye diferentes tipos de accesibilidad. Veamos cuáles son. 

Accesibilidad física

Se refiere a la eliminación de las barreras arquitectónicas en edificios, en espacios públicos y en entornos urbanos. Entre las intervenciones para favorecerla se encuentran la construcción de rampas, la instalación de ascensores, ascensores domésticos y salvaescaleras, la adaptación de los baños, una señalización clara y espacios de maniobra adecuados. 

Accesibilidad sensorial

Tiene como objetivo garantizar que las personas con discapacidades visuales, auditivas o combinaciones de ambas puedan acceder a la información y comunicarse de manera eficaz. Prevé el uso del Braille, descripciones de audio, subtítulos, iluminación adecuada y señales visuales y auditivas. 

Accesibilidad cognitiva

Se refiere a las personas con discapacidades intelectuales, del desarrollo o de aprendizaje. Prevé el uso de un lenguaje simple y claro, diseños visuales ordenados e instrucciones detalladas. 

Accesibilidad digital

Se refiere a la accesibilidad de sitios web, aplicaciones y tecnologías de la información y comunicación. Incluye el empleo de tecnologías asistivas, el respeto a los estándares de accesibilidad web (WCAG) y la adaptación de los contenidos digitales.

Accesibilidad universal y Universal Design

El concepto de “accesibilidad universal” está íntimamente relacionado al concepto del “Universal Design”.

De hecho, “Universal Design” significa diseñar servicios, productos y entornos que puedan ser utilizados por todos, sin necesidad de recurrir a adaptaciones o ayudas especiales. Se trata de un enfoque de diseño de amplio alcance, que no se centra en las posibles limitaciones o características individuales, sino que abarca todas las posibilidades, alcanzando su máxima expresión en el diseño de un lugar donde cualquiera pueda vivir de manera segura, libre y autónoma: su propio hogar. 

La casa accesible

La casa accesible es una vivienda pensada para responder a las necesidades de quienes la habitan o la visitan, haciendo posible su uso por parte de personas con discapacidad, mayores y niños. Son espacios diseñados para garantizar seguridad y funcionalidad, eliminando barreras arquitectónicas e integrando tecnologías y mobiliario moderno que facilitan la movilidad y la autonomía.

Desde las estancias principales —cocina, baño y dormitorio— hasta los sistemas domóticos y de elevación, es posible adoptar numerosos ajustes para crear un hogar seguro y confortable para todos.

Por ejemplo, en la cocina es fundamental eliminar estrechamientos y esquinas afiladas, disponer de encimeras adecuadas y colocar los electrodomésticos a una altura fácilmente alcanzable, incluso para quienes utilizan silla de ruedas. Se pueden elegir tecnologías como las cocinas de inducción, equipadas con señales luminosas que indican cuándo están activas, reduciendo así el riesgo de accidentes.

El baño, al ser un espacio a menudo reducido, requiere soluciones específicas como el uso de grifería de palanca o electrónica, desagües al ras y suelos antideslizantes, pensados para facilitar el movimiento. Asimismo, el dormitorio puede hacerse accesible mediante camas regulables, armarios organizados con estanterías correderas y puertas de cristal que facilitan la elección de la vestimenta.

 La integración de la domótica transforma la casa en un hogar inteligente, donde muchas operaciones cotidianas se pueden realizar sin necesidad de desplazarse. Desde la apertura y cierre de portones, puertas y rejas hasta el control de luces, calefacción y electrodomésticos mediante mandos a distancia, sensores táctiles o comandos de voz. Y si en la casa existen escaleras, se pueden complementar con soluciones alternativas, como sillas salvaescaleras, plataforma salvaescaleras y ascensores domésticos, que garantizan la conexión entre los distintos niveles de forma segura, silenciosa y con un espacio mínimo, sin comprometer la elegancia del entorno.

De este modo, una casa accesible no solo favorece la autonomía de quienes la habitan, sino que también se convierte en una inversión para valorizar la propiedad y crear un entorno inclusivo para todos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *